Agua de lluvia

Un bar de México transforma agua de lluvia en agua potable

La Casa del Agua es un proyecto 100% mexicano que busca reciclar el agua de lluvia y transmutarla en agua pura cargada de “amor, gratitud y respeto”

La Casa del Agua se encuentra ubicada en la Ciudad de México, una de las más contaminadas del mundo, donde los altos índices de contaminación del aire hacen que la lluvia sea mucho más ácida de lo normal. En sus instalaciones,  posee un techo con un jardín compuesto por diferentes plantas, que recibe agua de lluvia y, a través de un sistema propio, la transforma en agua potable 100% apta para el consumo humano, dándole así una nueva oportunidad para ser usada y aprovechada.

Posee un jardín en el techo del edificio que recepta el agua de lluvia, que luego es almacenada en dos contenedores. “En una hora de lluvia captamos 5,000 litros de agua”, dice el encargado del espacio, Juan Manuel Márquez.

El agua, luego es propulsada por una máquina hacia una serie de filtros: uno que detiene la suciedad y todos los restos de elementos que la estropean, y otro de carbón activado que extrae las partículas contaminantes más pequeñas y erradica de forma total los olores y sabores que pueda tener.

El caudal, ahora ya de agua limpia y en buen estado, sigue su curso por un sistema de tuberías para alcanzar dos grandes destiladoras que calientan el agua hasta convertirla en vapor y luego la condensan para regresar al estado líquido. La vital sustancia sale de ahí totalmente purificada pero incompleta, ya que, debido a la evaporación del elemento, este pierde por completo los minerales que la hacen tan rica y sana para el consumo humano.

Jarra de cristal con agua, encima de una madera sobre fondo blanco
Cada día se producen unas 300 botellas de 600 ml| Getty Images

Entonces, para poder volver a incorporar estos elementos que le han sido extraídos en el proceso de depuración, esta es oxigenada al deslizarse por un tobogán en espiral; ionizada al entrar en contacto con imanes cargados positiva y negativamente y mineralizada al pasar por un recipiente con piedras de río, algunas de las cuales contienen plata pura para garantizar el adecuado nivel alcalino.

Cada día se producen unas 300 botellas de 600 ml. “En Casa del Agua no hacemos cantidades industriales, hacemos poca, artesanal”, dice Márquez, quien asegura que ha analizado el agua de otras marcas en las que encontró igual o más cantidad de partículas suspendidas que en la proveniente del grifo.