Un fotógrafo canadiense ha conseguido entretener y divertir a los niños que sufren de alguna enfermedad. Su objetivo es hacer sus sueños realidad con un método muy sencillo: la fotografía.
El espacio exterior, la tupida selva, la tierra de los castillos góticos o planetas lejanos: no parece haber límites para el mundo, o los mundos, que Shawn Van Daele ofrece a este conjunto de infantes.
La tarea que el fotógrafo canadiense se propuso es noble y generosa, y con muy poco ha logrado hacer estallar de felicidad a niños que día a día pelean con enfermedades duras y complejas, que tal vez no están aún preparados para combatir.
Así, hace dos años que Van Daele, originario de Eden Mills, Ontario, recorre diferentes regiones de Estados Unidos y Canadá, regalando su magia a quien la necesite, sin pedir a cambio más que una sonrisa o la posibilidad de ayudar.
Su proyecto se titula The Drawing Hope Project, “Dibujando esperanza”. Entre sus logros se puede incluir haber convertido a una pequeña en la Reina de los Caramelos, en Príncipe de las Jirafas a un bebé y en una mariposa a otra niña que apenas podía creer lo que veía.
El procedimiento es sencillo y colaborativo: Van Daele les pide a los niños, a los que visita en hospitales y casas, que dibujen eso que sueñan y que más les gustaría ver.
Él, a través de un retrato de los niños y con la ayuda de herramientas digitales, vuelve ese alocado sueño realidad. Y, hasta ahora, jamás ha fallado: las sonrisas de los niños brotan, incluso lágrimas, todo lo que continúa es alegría, emoción, sorpresa iluminada.
“Quiero despertar en ellos la magia de la infancia, y regalar a los chicos y sus familias un momento de felicidad en momentos difíciles de sus vidas, para que vean que todo es posible”, expresa Van Daele sobre su proyecto, una verdadera causa noble que lleva sonrisas e ilusión a quienes más necesitan esa fuerza.