Un niño dentro de una caja de cartón simulando ser un avión con una capa

Infancia, imaginación y lectura: La trilogía perfecta

Sentirnos los protagonistas de los libros que leemos es una sensación que agradeceremos para siempre

Quienes tenemos pasión por la lectura, sabemos lo fantástico que es involucrarnos en la historia que leemos y de repente vernos rodeados de animales que hablan, personas que vuelan, árboles que caminan y otros sucesos fantásticos que suelen monopolizar el nudo de las novelas y cuentos infantiles.

Recuerdo con frescura La Ciudad de Queso que me leían cuando yo todavía no podía hacerlo por mis propios medios, y mi búsqueda de construcciones similares a la del libro en las calles de mi barrio.

Esa imaginación creció paralelamente a mi pasión por leer, entonces cada libro me resultaba más fácil para insertarme y perderme en su mundo, pudiendo incorporar palabras disparatadas a mi vocabulario, vestimentas exóticas o ambientación de mi pieza.

Mi obra preferida, Alicia en el País de las Maravillas, aumenta todo el tiempo nuestra capacidad de imaginar, a la par de la mente de ese personaje encantador creado en la rebuscada cabeza de Lewis Carroll.

¿Entonces cómo iba a aceptar ir con el colegio a la granja y que los conejos estén encerrados en una jaula privándolos, y privándome, de la posibilidad de ir junto a ellos al Inframundo? Inconcebible.

Niña en una pizarra con dibujos
Las historias de los libros que leemos aumentan nuestra capacidad de imaginar | Getty Images

Mago de Oz fue otro de mis grandes viajes a convivir junto a Dorothy con personajes estridentes y llenos de bondad, luchando contra un enemigo fuerte y poderoso. Cada vez que lo leía era volver a empezar, nunca fallaba. A mis treinta años, sigo involucrándome de esa manera con cada libro que elijo.

Esas piezas son solo ejemplos de lo que quiero destacar en este artículo: fomentar la lectura a los niños lo más pronto posible, leerles cuando ellos todavía no saben, tomarnos el tiempo de describirles las características de cada personaje, cada lugar y cada historia asombrosa.

Fomentar la curiosidad, la intriga, las ganas de volver corriendo del colegio para seguir con el libro. En una época trazada por la abrumadora tecnología, que no vamos a validar ni a invalidar, no archivar una actividad tan linda como leer debe ser primordial para quienes debemos empezar a dejar un legado a las nuevas generaciones.